Las enseñanzas encontradas en este sitio están basadas en los siguientes cimientos de doctrina ortodoxa:
1. Las Sagradas Escrituras. El canon de las Sagradas Escrituras con sus 66 libros es la Palabra de Dios inspirada por Él mismo, la única y máxima autoridad, sin error, y es el respiro de Dios Mismo (2 Timoteo 3:16, 17; 2 Pedro 1:20, 21; Mateo 5:18; Juan 16:12, 13).
2. La Divinidad. Dios es Uno en esencia y Tres en personas – Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo – eternos en su ser, idénticos en naturaleza, iguales en poder y gloria y teniendo los mismos atributos y perfecciones (Deuteronomio 6:4; 2 Corintios 13:14).
3. La Perversidad Total del Hombre. El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, pero en el pecado de Adán todos en el género humano caímos, heredamos la naturaleza del pecado, venimos a estar alejados de Dios y totalmente incapaces de recuperar nuestra condición original (Génesis 1:26, 27; Romanos 3:22, 23; 5:12; Efesios 2:12).
4. La Persona y Obra de Cristo. Su Majestad Jesucristo, el eterno Hijo de Dios, vino a ser hombre sin dejar de ser Dios, habiendo sido concebido del Espíritu Santo y nacido de una virgen a fin de revelar a Dios y redimir al hombre pecador; Él llevó a cabo nuestra redención por medio de Su muerte espiritual en la cruz como un sacrificio sustitucionario; nuestro rescate fue asegurado por Su resurrección literal y física de la muerte (Juan 1:1, 2, 14; Lucas 1:35; Romanos 3:24, 25; 4:25; 1 Pedro 1:3-5); y ahora Su Majestad Jesucristo está en el cielo, exaltado en victoria a la diestra de Dios Padre, donde, como el Sumo Sacerdote para Su pueblo, Él cumple el ministerio de Representante, Intercesor y Abogado Defensor (Hebreos 9:24; 7:25; Romanos 8:34; 1 Juan 2:1, 2).
5. La Persona y Obra del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es una Persona, quien trae a la luz al mundo información en cuanto a la rectitud, la justicia y el pecado de no creer en Cristo, habita a los creyentes de esta edad, los bautiza en el cuerpo de Cristo y los sella hasta el día de la redención, siendo el deber de cada creyente el ser lleno del Espíritu Santo (Romanos 8:9; 1 Corintios 12:12-14; Efesios 1:13, 14, 5:18).
6. La Salvación. La salvación en cada dispensación es el regalo de Dios dado al hombre por gracia y recibida por fe y solo por fe personal en Su Majestad Jesucristo, cuya muerte eficaz en la cruz proveyó la reconciliación del hombre con Dios (Efesios 1:7; 2:8-10; Juan 1:12).
7. La Seguridad Eterna de los Creyentes. La salvación de todos los creyentes es segura para siempre (Romanos 8:1, 38, 39; Juan 10:27-30; 1 Corintios 1:4-8).
8. La Iglesia. La Iglesia, la cual ahora es el Cuerpo y será la Novia de Cristo, es un organismo espiritual conteniendo a todas las personas nacidas de nuevo de esta edad, independientemente de su afiliación con organizaciones cristianas. (Efesios 1:22, 23; 5:25-27; 1 Corintios 12:12-14).
9. La Persona de Satanás. Satanás existe y se ha declarado descaradamente el enemigo de Dios y del hombre (Job 1:6, 7; Mateo 4:2-11; Isaías 14:12-17).
10. Feliz Confianza. El próximo gran evento en el cumplimiento de la profecía será la venida de Su Majestad Jesús en el aire para recibir a Sí Mismo los muertos en Cristo y los creyentes que están vivos en Su venida, conocido también como el Arrebatamiento y el traslado de la Iglesia (1 Corintios 15:51-57; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Tito 2:11-14).
11. La Tribulación. Después del Arrebatamiento de la Iglesia ocurrirá el cumplimiento de la semana septuagésima de Israel, la última mitad de la cual es el tiempo de la angustia de Jacob, la gran Tribulación (Daniel 9:27; Jeremias 30:7; Mateo 24:15-21; Apocalipsis 6-19).
12. La Segunda Venida de Cristo. La gran Tribulación culminará con el regreso (premilenial) de Su Majestad Jesucristo a la tierra para establecer Su reino (Zacarías 14:4-11; Mateo 24:15-25; 2 Tesalonicenses 1:7-10; Apocalipsis 20:6).
13. El Estado Eterno. Al punto de la muerte, el alma y el espíritu humano de los que han creído en Su Majestad Jesucristo para su salvación pasarán inmediatamente a Su presencia, y allí estarán en un deleite consciente hasta la resurrección del cuerpo en el Arrebatamiento, cuando el alma, el espíritu humano y el cuerpo, siendo reunidos, serán asociados con Él para siempre en la gloria; pero las almas de los no creyentes, después de la muerte quedarán en miseria consciente hasta el juicio final del Gran Trono Blanco al terminar el Milenio, cuando alma y cuerpo reunidos, serán arrojados al Lago de Fuego, no para ser aniquilados, sino para ser castigados con destrucción sin fin, aislados de la presencia de Su Majestad y de la gloria de Su poder (Lucas 16:19-26; 23:43; 2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23; 2 Tesalonicenses 1:7.9; Judas 1:6, 7; Apocalipsis 20:11-15).
14. La Responsabilidad del Creyente. “Crecer en la gracia y en el conocimiento de Jesucristo,” con el propósito que la vida del creyente sea consistente con el Plan de Dios, trayendo así bendición al creyente y honra a Su Majestad (2 Pedro 3:18).
15. Ordenanza de la Iglesia. Su Majestad Jesucristo instituyó Su Cena, como una conmemoración de Su Obra en la cruz, para que sea cumplida hasta Su regreso (Mateo 28:19, 20; 1 Corintios 11:23-26).
16. Soberanía de Dios. Dios, existiendo como Padre, Hijo, y Espíritu Santo, es soberano y ejerce mando supremo y absoluto sobre toda creación, como parte de y consistente con la esencia y los atributos de Su Divinidad (1 Crónicas 29:11, 12; Daniel 4:35; Salmo 24:1; Efesios 1:11; 1 Timoteo 6:15).
17. La Espiritualidad. La espiritualidad es una condición absoluta en la vida de un creyente en esta dispensación, en la cual él es lleno o controlado por el Espíritu Santo, caminando en amor y comunión con Su Majestad Jesucristo. La espiritualidad es distinta al crecimiento y la madurez. Un creyente viene a ser carnal, perdiendo su comunión con Cristo, a través de un acto de pecado, ya sea mental, verbal o externo, y la espiritualidad (comunión con Cristo) es restaurada solamente por medio de la confesión personal de ese pecado a Dios Padre (Juan 15:7, 8; 2 Corintios 5:6; Gálatas 5:16; Efesios 5:18; Romanos 6:11-13; 1 Juan 1:5, 9; 2:2; 1 Corintios 11:30, 31).
18. Dones Espirituales. El Espíritu Santo, en gracia y sin considerar el mérito humano, soberanamente regala dones espirituales a creyentes en esta dispensación. Algunos de los dones espirituales permanentes que existen hoy en día son los de pastor-maestro, evangelista, y administrador. Los dones espirituales temporales se suspendieron con la conclusión del canon de las Escrituras, y estos fueron los dones de apóstol, profecía, el hablar en lenguas, el interpretar lenguas, curaciones y el hacer milagros (1 Corintios 12, 13; Efesios 4:7-12; Romanos 12:4-8). Cualquier creyente que alegue el practicar alguno de los dones temporales debe ser removido de una congregación.
Basada en la Declaración Doctrinal de Berachah Church de Houston, Texas, E.U.A., © R. B. Thieme, Jr., Bible Ministries.